miércoles, 15 de octubre de 2014

La semilla de la autoestima










¿Que es eso de la autoestima? O mas concretamente ¿cómo cultivarla?. A todos nos suenan frases como "no te salgas de la raya al pintar el dibujo", "si lo haces, tienes que hacerlo bien", 
"eres malo si haces tal o cual cosa", etc. No obstante, lo que no es tan conocido es hasta que punto éstas críticas y exigencias pueden afectar a ésta persona en un futuro. Hay algunos aspectos que los educadores y familiares pueden tener en cuenta en éste sentido, como dar afecto incondicional y centrarse en los comportamientos concretos (has hecho...) en vez de en la persona (eres malo por...) a la hora de corregir al niño. Pero ¿qué pasa cuando éstos niños sometidos a críticas y normas estrictas ya son adultos? ¿de que forma darán color a éste dibujo al que nos enfrentamos día tras día?.

La exigencia de cumplir con una expectativa perfeccionista y la ansiedad de no llegar a cumplirla, es uno de los lastres que puede frustrar a la persona y hacer que se sienta inútil. El mero hecho de imaginar un fallo o una imperfección (que no fracaso, el fracaso no existe), puede bloquear a la persona y curiosamente, lo que ocurre es que éste bloqueo hace que no se consiga pasar a la acción y se confirmen las expectativas de inutilidad. 


De ésta forma, el perfeccionismo es una barrera para la autoestima, dado que eleva las expectativas a un nivel difícil de alcanzar, y hacen que la persona se exija a si mismo aspectos y ejecución perfectas (lo cual es promovido por la sociedad occidental: estética perfecta, competición, modas, etc.).


Lejos de acercarnos al fracaso, los errores nos acercan al aprendizaje y de ésta forma a las metas que nos proponemos. Yo te propongo que en éstos días, pienses en los fallos que has cometido y saques un aprendizaje de ello enfocado a tus objetivos de futuro. Asimismo, es mejor que te propongas pequeñas metas alcanzables que te acerquen a ese objetivo.




Otro aspecto a tener en cuenta, es la dependencia, o el hecho de que la persona dependa de los demás (opiniones, gustos, afecto, etc.) responsabilizando a otros de los propios éxitos, fracasos y carencias. De ésta forma, lo que ocurre es que la persona se vuelve inútil, confirmando nuevamente su "voz críticona" interior. Otra forma de dependencia es el hecho de compararse continuamente con los demás. No digo que seamos totalmente independientes del resto (somos seres sociales, y el sentimiento de pertenencia es importante), sino que hay que ser responsable de uno mismo para crecer.  


La "voz criticona" puede llegar desde la infancia y se va cristalizando en nuestra mente, hasta hacer que somos nosotros mismos los que nos repetimos esos mensajes ¡hasta creer que son verdad!. Para poder reconocer cuales son los mensajes y así neutralizarlos es útil que exterioricemos ésta "voz interna", reconociendo incluso quién o quienes son las personas que nos decían éstos mensajes para darnos cuenta que son críticas que vienen de fuera, aunque nos las hagamos nosotros mismos. Puede ayudar el hecho de ponerlo por escrito como si fuera un guión de teatro, realizando una conversación con esa voz interna.  


Otra forma de luchar contra tanta autocrítica es recordar los éxitos, las veces que superaste diferentes situaciones. ¿Quién fue el responsable del éxito? A veces se tiende a poner a los demás esa medalla, pero en realidad las cosas buenas que nos ocurren son debidas en mayor parte a nuestro esfuerzo y nuestras cualidades. ¿Que hiciste tu para que ocurriera?, ¿qué tienes que lo hizo más sencillo?. Tu eliges: Ponte las medallas que tu mismo te has ganado o sumérgete los pensamientos que te llenan de malestar. 

Por otro lado, es importante evaluarnos a nosotros mismos de forma realista, y evaluar las cosas que hacemos (he hecho...), no nuestra persona (soy...). Todos tenemos cosas que nos gustan más o menos de nosotros mismos y no cabe otra opción que aceptar lo que no se puede cambiar, y cambiar lo que está de nuestra mano cambiar si así lo queremos. Dicho así suena fácil, pero la realidad es que si algo que nos disgusta no puede cambiarse ni evitarse lo mejor es tomárselo de la mejor forma posible (intentando evitarlo alimentamos el malestar). Tratarnos con respeto y con humor es una buen comienzo, no se trata de resignarse (oye, soy bajito pero tampoco me hace falta ser alto para nada). 

¿Qué es lo que se te da bien? ¿cuales son tus fortalezas? ¿con qué disfrutas? ¿que aspectos te gustan de ti?. ¿Porque no haces una lista con todas esas pequeñas cosas que te gustan de ti, empezando por cada parte del cuerpo?. Pero no valen descripciones vagas, sino concretas. Puedes continuar con algo menos observable (la personalidad, aspectos sociales, aficiones...). (Puedes ayudarte del cuestionario VIA de fortalezas, es gratis, solo tienes que registrarte haciendo click aquí). 


Por algún motivo, tendemos a valorar solo lo nuevo, lo llamativo, lo singular, lo que podemos acreditar con un título...y de ésta forma dejamos de valorar aspectos nuestros que siempre han estado ahí, que nos hacen sentir bien, incluso desconocemos muchos aspectos positivos de nosotros mismos que otras personas si ven en nosotros. ¿No sabes cuales son tus fortalezas? Te propongo lo siguiente: Para un momento, recuerda varios momentos en los que disfrutaras, y piensa en qué característica pusiste en marcha en varios de esos momentos ¿creatividad? ¿tenacidad? ¿espíritu de equipo?. Te dejo a solas con tus mejores momentos. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario