En
primer lugar ¡enhorabuena!. Solo por querer leer esto ya has dado un paso muy
importante. Ya conoces cómo funciona el tabaco y hemos visto información
científica sobre el mismo. Sabes cuales son las escusas y mitos que se ponen para seguir fumando. En ésta
ocasión, vamos a allanar el terreno para que el camino sea lo más sencillo
posible. Es una época difícil, pero finalmente recuperas el control de tu vida.
Lo primero es decidir una fecha para dejarlo
definitivamente. Una vez puesta esa fecha. Considere éste día como inaplazable
y mejor si no es en momentos de mucho estrés. Los días más favorables pueden
ser en momentos como vacaciones, inicio del fin de semana, fechas señaladas, momentos con tiempo, etc.
Es muy interesante que veas en los momentos en los que fumas, y para ello puedes hacer un registro apuntando: que estás haciendo, y porque fumas (PE: 14h. Voy a entrar a un examen “Fumo porque estoy nervioso”). También puede ser interesante que tengas a la vista los motivos que te diste para dejar de fumar en la anterior entrada en el cuadro de decisiones.
Las últimas veces pueden ser complicadas, por lo que yo
propongo (admito críticas) un último homenaje con el tabaco que te quede: Da una calada cada 6 segundos
durante 10 minutos, o reten el humo en la boca durante 30 segundos respirando
por la nariz (5 repeticiones con 30 segundos de descanso, y tras éstas 5
repeticiones se descansan 5 minutos y se repite de nuevo). También puedes romper un cigarro cada vez que tengas ganas de fumar, en vez de fumártelo.
Tras esto, llega el momento de eliminar todas las
tentaciones y estímulos relacionados con el tabaco (ceniceros, limpiar lo que
huela a humo…).
En los primeros momentos la sensación de necesidad será
fuerte, pero no dudes en usar la distracción (leer algo, jugar…), masticar algo
(chicles, etc.), darte instrucciones de ánimo (“no lo hagas, recuerda que no
eres su esclavo, que te iniciaste por presiones externas…”).
Es importante el comunicar a los demás tu voluntad
de dejarlo, para que te lo pongan más sencillo. De todas formas, si te ofrecen
eres tú la única persona que puede decir que no (recuerda que si fumas aunque
sea una calada, vuelve a iniciarse el ciclo de la adicción). Por otro lado, es
interesante poder contar con alguien que te escuche, especialmente si es
alguien que ha dejado de fumar.
Anticiparte a las dificultades. Las primeras semanas pueden ser duras, pero habrá cosas que puedan ayudarte a pasarlo mejor, o a evitar tentaciones (quitar ceniceros, evitar zonas con tabaco...).
En el primer día sin fumar, lo que más notarás será la dependencia fisiológica (o necesidad de nicotina). Esto desaparecerá en unas semanas. No obstante ¡ahora preocúpate de hoy! Desayuna en un lugar diferente, toma un desayuno especial (donde no haya fumadores), es un momento para cuidarte. Sal, nota la pureza del aire. Puedes tomarte unos minutos en el exterior para notar el sol, el viento, los sonidos que te envuelven. Simplemente déjate llevar por el momento y no te pares en un pensamiento. Puedes hacer algún tipo de relajación o meditación como la de éste video, o respiraciones profundas (puedo informarte sobre la técnica en concreto).
En éstas dos semanas bebe mucho agua y todo tipo de zumos.
Elimina al poder ser las bebidas que acompañabas con tabaco, y toma alimentos
con vitamina B. Tras la comida y la cena, rompe la rutina y no te sientes
inmediatamente en el sofá o similar. Puedes prepararte y salir a dar una
vuelta, etc. ¡Haz algo diferente! Puedes retomar esas actividades que tenías
tan descuidadas. ¡Es un momento para el cambio! ¡Toma las riendas de tu vida!
Una vez desaparecida la nicotina del cuerpo, lo que queda es la dependencia psicológica. Esto depende más de cada persona y de cual fuese el uso que diera al tabaco (para eso se hace un registro de actividades).
En cualquier caso se trata de buscar sustitutos: Para relajarse
(respiraciones profundas), para tener algo en la boca en momentos de nervios
(chicles, boli, etc.), por placer (hacer actividades agradables). Si te surgen
ganas, recuérdate los motivos personales que tengas para no consumir “no merece
la pena”, etc. (echa un ojo al cuadro de decisiones)
Cuando te sientas capaz, enfréntate a las
situaciones en las que haya cosas relacionadas con el tabaco. Para mantener los logros conseguidos y ganar
la batalla al tabaco, puedes consultar los trucos para alejarse del tabaco.
En resumen:
- Poner un día para dejarlo
- Distraerse con algo inmediatamente cuando sienta ganas de fumar, o decirse frases de ánimo.
- Cambiar las rutinas relacionadas con el tabaco.
- Desarrollar alguna actividad para reducir la tensión emocional deporte, relajación, etc.)
- Planear hacer cada día algo que disfrutes
- Buscar personas que puedan apoyarte.
- Eliminar todo lo relacionado con el tabaco
- Buscar apoyo profesional (si lo deseas, yo puedo acompañarte en éste camino).
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