viernes, 3 de enero de 2014

Fumo porque quiero


Ya hemos visto anteriormente cómo funciona la adicción al tabaco  y algunos mitos  que tenemos respecto al consumo de éste. En ésta ocasión, vamos a indagar un poco en los motivos que le impulsan a fumar poniéndolos sobre la mesa, y analizándolos de forma racional. Poco a poco iremos viendo cómo liberarnos del tabaco, y cómo hacerlo de la forma más satisfactoria.

Dejar el tabaco es posible, y así lo confirman los millones de fumadores que lo han hecho. Eso sí, hay que tener en cuenta que no es fácil librarse en un día ni en dos del tabaco, ya que cuanto más se haya fumado, más tardará en eliminar éste hábito tóxico. 

   
















Te animo a que te hagas las siguientes preguntas, y pongas las respuestas por escrito (puedes dividir un folio en 4 partes para hacer un balance de decisiones con la lista de motivos para dejar de fumar o seguir fumando). ¿Qué consecuencias positivas reales me trae el seguir fumando? ¿y qué ganaría si lo dejo? ¿Qué sería lo peor realmente de dejar de fumar? ¿Qué sería lo negativo de seguir fumando?. 

Muchas personas que fuman no son conscientes de algunas de las consecuencias negativas de seguir fumando, como puede ser las económicas (prueba a calcular cuanto gastas: a botepronto un fumador que fume una cajetilla cada dos días gastaría unos 60€ al mes, lo cual hace como poco un total de 720€ por año. Puedes usar ésta calculadora especialmente diseñada), sin perder de vista las consecuencias compartidas con los no fumadores que se tragan ese humo, o incluso los residuos que este deja en las superficies (malformaciones en el feto, olor a tabaco, riesgo de cáncer…). Éstas personas pueden ser personas que conviven, familiares, etc. 

Otras personas creen que el tabaco trae algunas consecuencias positivas, pero en muchas ocasiones son fruto de la desinformación o los mitos. Como por ejemplo pensar que el tabaco relaja: En realidad el tabaco es un estimulante menor, y si relaja es porque le metes al cuerpo la sustancia de la que depende, y por otro lado las respiraciones profundas (sin humo tiene mayor efecto) sirven como técnica de relajación. Una opción para resolver ésta ambivalencia es escribir al tabaco una carta (si, al tabaco) en la que pongas lo bueno y otra en la que pongas lo malo que tiene. Las nuevas tecnologías nos ofrecen un divertido programa para el teléfono móvil (sistema Android) que nos animan a descubrir éste tipo de aspectos. Puedes decargártelo desde aquí. (Se instala desde el ordenador al móvil si tienes abierta la cuenta gmail en ambos dispositivos).




Ahora solo imagínate una vida sin la necesidad del tabaco. Tómate si acaso un minuto en imaginarlo. ¿Cómo era tu vida antes de empezar a fumar? ¿necesitabas el tabaco? ¿qué había de diferente? ¿quizás respirabas mejor, te constipabas menos…? Estos beneficios los irás notando poco a poco, como muestra éste gráfico. ¡Disfrutalos!

Imagina entonces... que recuperas una vida sin tabaco, sin tener que salir a fumar, sin ese malestar que te persigue si no puedes fumar. Imagínate que eres libre, totalmente libre del tabaco, el riesgo de cáncer de pulmón desciende mucho, la ropa te ha dejado de oler a tabaco, baja muchísimo el riesgo de gripe o ataques al corazón, mejora tu vida sexual, has hecho un viaje (o lo que sea) con el dinero que te hubieras gastado en el tabaco, te sientes genial al decir que no cuando te ofrecen un cigarro, saboreas y percibes mejor los olores que más te gustan, el flujo sanguíneo ha mejorado, respiras mejor y no tienes dependencia. Por fin has fumado tu último cigarro. ¿Te parece algo raro? Te invito a echar un ojo a estos testimonios. 



Esto es lo que espera si decides despedirte del tabaco: Volver a tomar las riendas de tu vida y de tu salud, ganándole la batalla. ¿Realmente merece la pena seguir fumando? ¿Qué tal si haces las maletas y te despides del tabaco? ¿Y si le escribes una carta de despedida?


                             



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