viernes, 19 de diciembre de 2014

¿Quién me robó las ganas?

Todos tenemos momentos de bajón, momentos en los que no nos apetece algo. Lo que es lo mismo: no tenemos ganas. ¿De dónde viene esa falta de motivación? ¿cómo vencer al monstruo de la pereza?. Vamos a descubrir quién nos roba las ganas y a luchar contra ésta fuerza que nos dificulta el camino hacia nuestros objetivos.
No nos engañemos: En todo lo que hacemos hay cosas que no podemos controlar, pero otras que sí. ¿Porque no coger la sartén por el mango?, ¿vas a quedarte ahí parad@, dejándote vencer por tu monstruo particular?, ¿cuando vas a ponerte en marcha para conseguir lo que quieres?.  
"Lo dejaré para más tarde... total, ahora no me apetece, haré otra cosa que me apetezca más". ¿Que crees que hay debajo de ésto? ¿miedo, verguenza, cansancio?. Todo ésto son excusas, y son las armas más sutiles (de hecho, te las terminas creyendo como si fuesen tuyas) y peligrosas de la pereza, dado que finalmente te vencen, te rindes, no haces nada, todo se acumula, te estresas, no consigues lo que te propones, etc.

(Haz click aquí para informarte sobre algunas armas de la pereza y cómo defenderte de ellas).
Otra excusa frecuente es “pero es que, en mi caso no es eso, es que simplemente estoy cansad@”. Bueno, es cierto que nuestro cuerpo necesita energía, por ello es tan importante recargar las pilas con un buen descanso. No obstante, en otras ocasiones, lo que te da energía es ¡estar más activ@!: Hacer ejercicios, moverse… Si no tenemos energía, todo nos costará más. Cierto es, pero no olvides que “cuanto menos hagas, menos ganas tendrás” y al contrario (aunque pueda parecerte raro). Deja el descanso para el final del día: ese es su momento. Estar activ@ a lo largo del día hace que tengas más ganas de hacer cosas, y la pereza es muy amiga del sedentarismo (ese que ataca con obesidad y enfermedades del corazón). Quédate con ésta frase: “Las ganas se hacen”, o lo que es lo mismo “actúa primero y pon luego las excusas o quéjate... si puedes”. ¿No te lo crees? Elige un día para no hacer nada, y otro lleno de actividades,al final del día observa la diferencia de las sensaciones entre un día y otro.  
Si, la pereza nos acompaña a diario, escondida en pequeños momentos cotidianos ¿te suena el momento de ver la TV y tragarte los anuncios porque "el mando está muy lejos" o porque "estará a punto de empezar"?, ¿y comerte lo primero que pillas porque no tienes ganas de cocinar?. Cuando ataca la pereza, normalmente nos dejamos llevar por el bienestar a corto plazo, por el puro hedonismo presente sin pensar en lo que pasaría si la tarea no se hace, y tampoco vemos los beneficios de hacerlo. Defiéndete rápido cuando te ataque: ¿Que me trae de bueno no hacerlo?, ¿realmente quiero aguantar ésto por no moverme un poco?, ¿va a hacerse solo?, ¿qué pasa si no lo hago nunca?. Luego ¡ponte en movimiento rápidamente, no des tiempo a que la pereza te alcance de nuevo!. Y recuerda: quien algo quiere, algo le cuesta (aunque en el camino claramente te encontrarás sorpresas agradables). 
En ocasiones se nos echan las cosas encima, o esperamos un resultado que está fuera de nuestro alcance (por diferentes motivos) y nos desmotivamos, por ello hay que ser realista y hacer un plan con pequeños pasos a superar. No hace falta hacerlo perfecto, no "hay que" conseguirlo a la primera, todo es un aprendizaje que se hace poco a poco y si no te lo crees... ¡anota tus progresos!. Puede ser un diario, una gráfica… lo que quieras.
Además establecer rutinas, horarios y planes también es útil, al igual que ponerse una duración y un orden priorizando las actividades (terminar una a una). Por ejemplo: Coger una hoja y poner guiones: Hacer la compra, mirar unos zapatos, ir a recoger al niño, etc. “¿Qué tengo que hacer si o si?, ¿qué es lo más urgente?. Ok, pues lo haré en éste orden (…)”. ¡No olvides de darte un premio (proporcionado) cada vez que venzas una batalla a la pereza!. Una forma de premiarte es hacer eso que tanto te gusta tras cada batalla vencida a la pereza, pero solo en éste caso, sino no.  
Imagínate un futuro sin pereza, disfrutando de eso que ahora no haces. ¿Cómo lo harías?. Siente la satisfacción, puedes estar orgullos@. Y bien... ¿cuál sería un primer paso para ponerte en marcha?, ¿cuál sería una pequeña parte para hacerla?, ¿cuales son las actividades que más te agradaría hacer?, ¿qué podría ayudarte a que lo hicieras más fácilmente?. Escoge las opciones que más puedan ayudarte y ¡adelante!.
 ¿Quizás llamar para hacerlo con un amigo, hacerlo “después de x”  (algo que hagas a diario para no olvidarte), salir aunque no tengas ganas, buscar los momentos más adecuados, ponerte música, premiarte, pensar en las consecuencias positivas…?. Ponte a ello, elabora tu estrategia, o simplemente ¡busca ese primer paso que te ponga en marcha!
En definitiva te animo que te pongas las zapatillas de correr, vayas a comprar los ingredientes si quieres hacer una receta, que te apuntes al gimnasio o a otras actividades para animarte a hacer deporte... ¡Ponle trampas a tu pereza! ¡pónselo difícil! ¡desafíala!, ¡por supuesto que puedes!, ¡claro que merece la pena! Y si crees que no merece la pena y realmente quieres hacerlo ¡haz algo para que lo merezca!. Busca el lado positivo, hazlo más divertido, más creativo. Quejarte y poner escusas o disfrutar al máximo y sentirte dueñ@ de tu propia vida ¿que eliges?. 

2 comentarios:

  1. Ya lo había escrito, pero lo perdí...

    Me ha encantado y me viene muy bien. Recordaré a cada rato lo que has escrito.

    Un beso

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    1. Me alegro mucho que te haya gustado. Gracias a las personas como tú sigo escribiendo. Un abrazo y quedo a tu disposición.

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