viernes, 7 de septiembre de 2018

La vida tras las vacaciones

¿Por qué tenemos la manía de ponerle nombre a todo?. ¿Y qué es eso de evitar y "encajonar" todo lo que es "supuestamente feo" o que produce malestar, condenándolo a un rincón oscuro?. Como ya vimos en el post sobre las etiquetas diagnósticas, pocas veces se le pone nombre a los momentos felices... ¿Euforia vacacional?, ¿Éxtasis adrenalítico?. Nadie se imagina cosas así, pocas personas usan términos (o categorías) "emocionalmente positivos" (de hecho ahí tenemos la película "Del Revés"). Solo hay que ponerse a buscar nombres de emociones "positivas" y "negativas", te invito a que hagas la prueba ¿cuantas emociones "positivas"
eres capaz de identificar?. Por supuesto, hay que reseñar la relatividad del término "negativo" cuando hacemos mención a las emociones, dado que (en general) cumplen una función adaptativa.

Con el llamado "síndrome post vacacional" (incluso llamado "depresión post vacacional") pasa algo curioso y similar. ¿En que consiste? Esta circunstancia del todo normal, como es un periodo de adaptación (relacionada un pequeño duelo) la convertimos en algo patológico; aunque lo es en la misma medida que el miedo cuando tienes un hijo adolescente, el estrés cuando te mudas de casa, y cualquier otra situación "complicada" relacionada con la adaptación a un cambio. 

¿Pero que sentido tiene esto entonces?, ¿alguien puede usar esas ideas para su beneficio?.Con poner un rato la TV o la radio tendrás la respuesta. Los medios de comunicación y las propias empresas se aprovechan de ésta circunstancia, como si fuese una especie de "pandemia estacional", para la que hay que vender u ofrecer una solución, una "pastilla" para evitar el sufrimiento de "volver a la realidad". Desde empresas de actividades deportivas, hasta vendedores de electrodomésticos. Cierto es que no "hacen daño a nadie", pero "patologizar" no parece ser la medida más adecuada para "solucionar nada". Bajo su punto de vista puede ser un gran negocio, pero no parece que cumpla ninguna función como categoría diagnóstica, dado que tampoco es considerada como tal por los manuales diagósticos. 

De todos son conocidos los consejos para hacer la vuelta más sencilla: Volver un día antes para hacer mas progresiva la vuelta, ir adquiriendo de nuevo responsabilidades, no dejar demasiado trabajo pendiente para la vuelta o hacerlo a pocos (priorizando...), ponerse pequeños retos en el trabajo (por ejemplo, para mejorar ciertos aspectos o hacerlos mas llevaderos) o tener en cuenta los aspectos positivos del mismo (lxs compañerxs, etc.). 




El periodo de vacaciones, puede ser tiempo magnífico para desconectar y "reconectar" con unx mismx, ya sea yendo a otro país, a la playa o redescubriendo y disfrutando de personas, lugares y actividades; en cualquier caso disfrutando al 100% de las posibilidades. 


Pero nada es eterno y hay que volver a la vida "normal". (Ohhh...). No obstante, algunas personas mantienen las vacaciones como un "ideal", dando más poder al pensamiento de que la vida "rutinaria" es un asco. Al fin y al cabo, el trabajo es un aspecto necesario, un medio para conseguir un fin: sobrevivir. El camino para una vuelta normalizada, pasa por caer en la cuenta de que "quien no se sacrifica, no obtiene beneficio", o dicho de otra forma asumiendo "el coste del beneficio". No se trata de vivir para trabajar, sino de trabajar para vivir. El coste también tiene un beneficio en el que a veces no paramos a pensar: valorar lo que tenemos, por un lado, y disfrutar más de nuestro ocio, por otro. Y, si no te parece que sea así, te propongo un ejercicio: Simplemente tómate un minuto imaginándote sin trabajo.


No hay luces sin sombras

Por otro lado, cabría preguntarse cuantas personas no lo sufren, o incluso cuantas personas están deseando llegar de vacaciones. ¿Por qué? El periodo vacacional puede ser un momento maravilloso en la que ocupar el tiempo libre personal con algunos menesteres para los que no se ha tenido tiempo durante el año (sobre todo responsabilidades con proyectos o personas). Eso sumado al hecho del "tiempo extra" que podemos pasar con la pareja o la familia, que puede hacer que emerjan algunos conflictos por resolver.

En definitiva, y como dice Seth Godin, si bien las vacaciones puede ser un periodo de descanso necesario (como todo descanso) en vez de preguntarte cuándo serán tus próximas vacaciones, mejor construye una vida de la que no necesites escapar.







No hay comentarios:

Publicar un comentario